Hay muchos cristianos que encuentran a la Iglesia como un obstáculo por las normas, las reglas y la estructura; creen que los asfixia y sugieren entonces vivir poco espontáneo, sin lineamientos.
1. Muchos herejes bautizados han sido educados en creencias erróneas. Su caso es enteramente diferente del de aquellos que han renunciado voluntariamente a la Certidumbre. Ellos aceptan que lo que creen es revelación divina. Ganadorí estos pertenecen a la Iglesia en deseo, pues en su corazón ansían cumplir la voluntad de Dios respecto a ellos. En virtud de su bautismo y su buena voluntad, pueden estar en estado de Chispa. Pertenecen al alma de la Iglesia, aunque no estén unidos al cuerpo visible.
Se ha dicho más en lo alto que una parte del don de indefectibilidad de la Iglesia en su preservación de cualquier corrupción sustancial en la esfera de la honesto. Esto supone, no meramente que siempre proclamará el estándar consumado de moralidad que le legó su Fundador, sino asimismo que en todas las épocas las vidas de muchos de sus hijos se basarán en ese sublime modelo. Sólo un principio sobrenatural de vida espiritual podría producirlo. La tendencia natural del hombre es en torno a debajo. La fuerza de todo movimiento religioso se gasta gradualmente; y los seguidores de los grandes reformadores religiosos tienden con el tiempo a descender al nivel de su medio concurrencia. Según las leyes de la naturaleza humana sin asistencia, Campeóní debería acontecer ocurrido con la sociedad establecida por Cristo. Sin embargo la historia nos muestra que la Iglesia Católica posee un poder de reforma interna, que no tiene paralelo en ninguna otra organización religiosa. Una y otra ocasión produce santos, hombres que imitan las virtudes de Cristo en un cargo extraordinario, cuya influencia, que se extiende a lo largo y satisfecho, da nuevo ardor incluso a los que alcanzan un nivel menos heroico. Así, para citar singular o dos ejemplos correctamente conocidos de los muchos que podrían darse: Santo Domingo de Guzmán y Santo Francisco de De esta maneras reavivaron el simpatía por la virtud en los hombres del siglo XIII; Santo Felipe Neri y San Ignacio de Loyola llevaron a mango una obra similar en el siglo XVI; San Pablo de la Cruz y San Alfonso María de Ligorio, en el XVIII.
Por ejemplo, una iglesia catedral es aquella en la que vive el obispo de una diócesis y hay una por ciudad. Una iglesia basílica es una que reviste mucha importancia por el hecho de ser el sitio de custodia de una o más reliquias, etc.
La doctrina de la Iglesia se resume en la imitación de Jesucristo. Esta imitación se expresa en buenas obras, en abnegación, en aprecio a los que sufren, y especialmente en la ejercicio de los tres consejos evangélicos de perfección: pobreza voluntaria, castidad, y obediencia. El ideal que la Iglesia nos propone es un ideal divino. Las sectas que se han separado de la Iglesia han descuidado o rechazado una parte de la enseñanza de la Iglesia a este respecto. Los reformadores del siglo XVI llegaron hasta a desmentir del todo el valor de las buenas obras. Aunque la viejoía de sus seguidores han desaseado esta doctrina anticristiana, incluso ahora los protestantes consideran una alienación la autorrenuncia (el “niégate a ti mismo”) del estado religioso. Incluso el mundo fuera de la Iglesia reconoce la santidad de su culto. En la solemne renovación del Sacrificio del Calvario reside un misterioso poder, que todos se ven forzados a inspeccionar.
[…] Es bueno que la Iglesia dé este paso con la clara conciencia de lo que ha vivido en el curso de los últimos diez siglos. No puede atravesar el principio del nuevo milenio sin animar a sus hijos a purificarse, en el arrepentimiento, de errores, infidelidades, incoherencias y lentitudes. Examinar los fracasos de ayer es un acto de fidelidad y de valentía que nos ayuda a reforzar nuestra Confianza, haciéndonos capaces y dispuestos para afrontar las tentaciones y las dificultades de ahora.[150]
Una consideración de las características del reino tal como las presentaban los profetas, debe por consiguiente ayudarnos en gran modo a comprender las intenciones de Cristo al instituir la Iglesia. En ingenuidad muchas de las expresiones empleadas por Él en referencia a la sociedad que estaba estableciendo sólo son inteligibles a la candil de estas profecíTriunfador y de las consiguientes expectativas del pueblo avaro. Se verá además que tenemos un sólido argumento para el carácter sobrenatural de la revelación cristiana en el cumplimiento preciso de los oráculos sagrados.
Penitencia: Mediante este sacramento los fieles obtienen de la misericordia de Altísimo el perdón de los pecados cometidos contra él y se reconcilian con la Iglesia. Recibe el nombre de sacramento de conversión, luego que realiza sacramentalmente la emplazamiento de Cristo a la conversión, la Revés al Padre del que el hombre se había alejado por el pecado; sacramento de la penitencia, al consagrar un proceso personal y eclesial de conversión, de arrepentimiento y de reparación por parte del cristiano pecador; sacramento de la confesión, porque la manifestación de los pecados frente a el sacerdote es un elemento esencial de este sacramento; sacramento iglesia del bosque del perdón porque Dios concede al penitente "el perdón y la paz"; y sacramento de reconciliación, porque otorga al pecador el apego de Jehová que reconcilia.[64]
Hay veces en que apreciamos más un detalle que nos brinda un desconocido, que el gran regalo que nos tiene Cristo; y hasta lo dejamos a un ala con el moño puesto.
En la iglesia, cada individuo es necesario e importante. 1 Corintios 12 describe la iglesia como un cuerpo, en el que cada parte (o persona) desempeña un papel importante. Los dones de cada persona enriquecen a la iglesia y la capacitan para soportar a agarradera su bordado en el mundo.
Asociaciones privadas de fieles: un grupo de fieles que se organiza independientemente sin la intervención formal de la jerarquía de la Iglesia, aunque su constitución debe ser notificada a las autoridades eclesiásticas competentes. Estas asociaciones no actúan en nombre de la Iglesia, sino por iniciativa de los laicos.
Algunas nunca han estado en cisma con la Iglesia de Roma (como la Iglesia maronita y la ítalo-albanesa) y otras han surgido de divisiones de las iglesias Ortodoxas o de las antiguas iglesias nacionales de oriente.
La teoría de M. Loisy respecto a la organización de la Iglesia ha atraído tanta atención en abriles recientes como para protestar una breve reseña. En su obra, “L’Evangile et l’Eglise”, acepta muchas de las opiniones sostenidas por críticos hostiles al catolicismo, y prostitución mediante una doctrina de ampliación de reconciliarlos con alguna forma de adhesión a la Iglesia. Insiste en que la Iglesia es de la naturaleza de un organismo, cuyo principio animador es el mensaje de Dios. Este organismo puede padecer muchos cambios de forma externa, conforme se desarrolla de acuerdo con sus deposición internas, y con los requerimientos de su medio concurrencia. Incluso Figuraí mientras estos cambios sean los demandados para que el principio fundamental pueda preservarse, son de carácter no esencial.
El sucesor se elige en un cónclave, una reunión en que los cardenales debaten en completo aislamiento con el extranjero.